Dos Realidades / (No te juzgues) / Padre-Absoluto

21 de abril de 2024

¡Hola, mis queridos hijos predilectos!

Hoy me gustaría resumir un poco nuestra conversación sobre los llamados «poderes fácticos» y hablar de por qué la gente se deja engañar tan fácilmente por ellos.

Y la respuesta está en la formulación de esta pregunta: porque son humanos.

Recuerda el dicho: «No te juzgues a ti mismo».

En realidad tiene un significado muy profundo que explica muchas cosas.

Pero primero recordemos en qué se diferencian las almas humanas puras de los seres de vibraciones inferiores encarnados en cuerpos humanos.

En primer lugar, a través de su estructura etérea.

Entonces, si un humano tiene siete chakras, entonces un reptil, por ejemplo, sólo tiene tres.

Y esto explica la increíble diferencia en la percepción mental y emocional de la vida y de las personas que la rodean.

Mientras que los humanos se caracterizan por la empatía y, por tanto, por los impulsos espirituales desinteresados, los reptiles carecen por completo de ella.

No pueden experimentarlo simplemente por sus orígenes.

Y es precisamente esta «discrepancia» con la vida humana la que explica por qué el hombre ha sido víctima de seres de baja vibración que se encuentran en un nivel de desarrollo mucho más bajo que él.

La cuestión es que el hombre siempre juzga según el mismo.

Si él mismo no es capaz de ser mezquino, no lo espera de los demás.

Si él no es capaz de astucia y engaño, le parece que los demás tampoco pueden.

Si él mismo sabe amar desinteresadamente, piensa que esto también es característico de los demás.

Si siempre es útil, lo que le resulta natural, espera un comportamiento similar de los demás.

Si se caracteriza por la bondad y la apertura, piensa que también son características de los demás.

Podemos citar muchos más ejemplos similares, pero la conclusión es que un alma humana pura ni siquiera puede imaginar de qué mezquindad, crueldad y traición son capaces otras criaturas que exteriormente se parecen a ella, pero que tienen un «relleno» completamente diferente.

Es esta debilidad del hombre – su credulidad ilimitada y su deseo de juzgar por sí mismo – y durante siglos los Dracoreptilianos y otros han utilizado la adulación, el engaño y la traición para lograr sus objetivos, lo que finalmente condujo a la usurpación de su poder total en su planeta.

Aquí es donde nos detendremos hoy.

El Padre Absoluto, que os ama inmensurablemente, os ha hablado

Recibido por Marta el 16 de abril de 2024

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